Hace unos meses recibimos la llamada de Rocío para decirnos que se casaba su hermano Mario y para ver si teníamos la fecha libre pues ella les quería regalar un reportaje de bodas hecho por nosotros. . . ¡Que ilusión nos hizo! Es un honor que alguien cuente contigo para hacer un regalo tan personal como son las fotos del día de la boda, un honor y una responsabilidad … por eso desde que recibimos aquella llamada esa boda, la boda de Mario y Nuria, se fue convirtiendo en algo muy especial para nosotros.
En muy pocos meses llegó el gran día asique con gran entusiasmo cogimos nuestra maleta, nuestros equipos fotográficos y nos fuimos a Castuera.
Para Mario y Nuria la mañana de aquel sábado comenzó como cabía esperar en un día de boda, con tranquilidad al principio y muchas prisas al final, con nervios que se disimulan con alguna que otra risa, pero sobre todo, con mucha, muchísima ilusión.
La ceremonia se celebró en el precioso Museo del turrón de Castuera. Y si en la mayoría de las bodas la familia de los contrayentes tienen un papel más o menos destacado, en este caso fue aún mayor ya que la ceremonia fue oficiada por la hermana de Nuria y estuvo llena de lecturas llenas de cariño por parte de la familia que desataron en todos carcajadas y lágrimas en partes iguales. A partir de aquí las emociones se iban sucediendo a lo largo del día en un ambiente familiar, cercano y tranquilo.
Pero no podemos cerrar este relato sin dar MIL GRACIAS. Gracias a Rocío por la plena confianza que depositó en nuestro trabajo a la hora de elegirnos a nosotros para hacerle este gran regalo a su hermano y su cuñada. Gracias a Tiburcio por darnos todas las facilidades del mundo para que nos sintiéramos como en casa aunque estuviésemos lejos de ella. Gracias a las dos familias por acogernos como a unos invitados más aquél día. Y sobre todo gracias a Mario y Nuria por dejarnos formar parte de vuestro gran día y por ayudarnos a transformar en recuerdos todos los pequeños momentos del inicio de una gran etapa de vuestra vida.
Un abrazo.
